Hay algunas denominaciones que han olvidado sus raíces y han abandonado el antiguo camino hasta adoptando la agenda homosexual. Ellos predican un evangelio contaminado y diluido que ya no trata con la sangre de Jesús y la Cruz. Muchos cristianos están entregados a "fornicación" espiritual y se sientan cómodos en su pecado sin ningún deseo de ser convencidos o corregidos sino más bien prefieren escuchar un mensaje suave.
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