miércoles, 21 de diciembre de 2011

NOTICIAS DE ISRAEL IV

La trascendencia de Janucá en nuestros días


La trascendencia de Janucá en nuestros díasJanucá, la fiesta de la ”inauguración” del Templo, es una de las celebraciones más recientes del calendario judío, si exceptuamos aquéllas relacionadas con el moderno Estado de Israel. Janucá tiene ”nada más” que dos milenios bien cumplidos de edad, como que evoca un acontecimiento ocurrido en el año 165 a.C. y acerca de su nombre, cabe acotar que más correcto sería traducirlo como ”re-inauguración” del Templo, pues éste, el segundo, ya había sido construido e inaugurado en tiempos del primer retorno a Sión, allá por el año 516 a.C., unos tres siglos y medio antes de los hechos que alude a Janucá.

Los macabeos y el milagro del jarrito de aceite
La rebelión contra las imposiciones religiosas de Antíoco Epifanes se inició en el pueblo de Modíin, donde vivía un anciano sacerdote, Matatías, junto con sus cinco hijos: Iojanán, Simón, Judá, Eleazar y Jonatán. La familia entera era conocida con el nombre de Jashmonaim o Asmoneos, y el hijo que encabezó las acciones militares, Judá, recibió el apodo de Macabí, que después se hizo extensivo a todos sus hermanos, quienes fueron llamados macabeos.
La rebelión contra el invasor foráneo que este pequeño grupo familiar inició en Modíin se expandió rápidamente, y no pudieron sofocarla los ejércitos cada vez más fuertes y numerosos que Antíoco mandó a Judea al mando de sus mejores generales. Hasta que el proceso culminó en el mencionado año 165 a.C. con la expulsión de la guarnición que ocupaba Jerusalén y la consiguiente recuperación del Templo por los judíos fieles a la tradición.
Recuperado el Templo, fue destrozada y alejada del mismo la estatua que Antíoco había mandado colocar allí para imponer a los judíos el culto pagano de los griegos y fueron purificados el altar y los instrumentos del santuario que habían sido dedicados a ese culto.
Después, el día 25 del mes hebreo de Kislev - por diciembre se celebró la ceremonia de Janucá, la ”inauguración” (o mejor dicho, la reinauguración) del Templo.
En esa ocasión ocurrió el famoso milagro del jarrito de aceite: para prender las luces en el candelabro de oro apostado en el lugar, se usaba un cierto aceite de olivas, y éste venía guardado en unos jarritos especiales que llevaban un sello donde acreditaba su pureza y la legitimidad de su uso en el Templo. Llegado el momento, fue dable encontrar un solo jarrito semejante que no había sido profanado para dedicarlo al culto pagano. Y esta dosis de aceite, que normalmente servía para alimentar las luces del candelabro un solo día, en aquella ocasión alcanzó para ocho días, plazo necesario para que los sacerdotes prepararan nuevas raciones de aceite.
La celebración de Janucá: En recuerdo de esos ocho días, celebramos la fiesta de Janucá también ocho días.
El candelabro usado en el Templo de Jerusalén tenía siete brazos, se lo llamaba Menorá (de la raíz nur, ”fuego”), era de oro macizo y podemos leer su descripción en la Biblia (Shemot - Exodo 25.31 ss.). Hoy en día, un candelabro parecido también constituye el escudo del Estado de Israel.
El candelabro para la fiesta de Janucá, en cambio, se denomina Januquiá - nombre derivado del de la fiesta - tiene ocho brazos o espacios para ocho luces, y además, un noveno, algo apartado de los demás, el shamash o ”servidor”, destinado a una luz que se prende primero que todas, y con cuya llama se encienden después las demás. Las luces pueden prenderse en mechas de algodón impregnadas en aceite, o bien pueden usarse velas. A veces, en edificios públicos de Israel, en el techo de sinagogas o en otros sitios semejantes, los grandes candelabros que están emplazados allí tienen como luces lámparas eléctricas.
A la hora del encendido de las luces de Janucá, la familia reunida alrededor del candelabro - o bien los fieles en la sinagoga - entonan, después de pronunciadas las bendiciones respectivas, un himno tradicional que comienza con las palabras de Maoz Tzur Ieshuatí, ”Fortaleza y roca de mi salvación (eres Tú, oh Dios)”.
La primera noche de Janucá también se agrega la bendición de Shehejeiánu, de la cual ya hemos hablado en ocasión de la celebración hogareña de Rosh Hashaná. Y durante los ocho días, en la plegaria Shemoné Esré o Amidá, se intercala un párrafo especial que comienza con las palabras Al hanisim, ”Por los milagros (te agradecemos, oh Dios)”
En Janucá se suele obsequiar a los niños con monedas - ”dinero de Janucá” - o con regalos diversos. En algunas épocas se les solía regalar nueces, y ellos jugaban entre sí y las apostaban al azar de una perinola de cuatro costados, en los que figuraban otras tantas letras hebreas: N-G-H-SH, que algunos interpretaron como iniciales de Nes gadol haiá sham, ”un gran milagro ocurrió allí”. Pero también hay quienes creen que cada una de estas cuatro letras simplemente indicaba cuántas nueces ganaba o perdía quien había echado la perinola (llamada en hebreo sevivón).
Comidas típicas de Janucá son las levivot, unos pasteles fritos de papa rallada; o bien las sufganiot, unas bolas de masa fritas, que contienen un núcleo de dulce o de mermelada

Las transformaciones de Janucá
Jánuca representó durante algún tiempo la celebración de la independencia judía recuperada, y como prueba de ello está el hecho de que los festejos respectivos se extienden a lo largo de nada menos que ocho días.
De modo que Janucá se convirtió en Jag Ha-Urim, Ia ”Fiesta de las Luces”, que se prenden, mediante la ayuda del shamash, la primera noche una, la segunda dos, etc., hasta llegar a completar, en la última noche, las ocho luces de la januquiá.
Asimismo Janucá quedó como símbolo de la oposición tenaz de los judíos de aquel entonces contra la cultura helenística que, con todo lo que ella involucraba - una religión pagana, un nuevo idioma, el culto de la belleza física, una pervertida vida sexual etc. - se les quiso imponer por la fuerza.
En cambio hoy día, en el moderno Estado de Israel - que fue proclamado en un nuevo Día de la Independencia en 1948 y que cuenta otra vez con su propio ejército - Janucá también vuelve a recuperar paulatinamente su carácter de evocación de la lucha armada contra un enemigo invasor, y del triunfo que coronó aquella heroica gesta. En los ”Libros de los Macabeos” - repudiados por nuestros sabios, quienes no los integraron al canon de la Biblia oficiales del ejército de Israel estudian la estrategia que aplicaron Judá el Macabeo y sus hermanos y sucesores, en su lucha contra los ejércitos enemigos.
Y cuando prenden las velas de Janucá en el hogar, padres e hijos en Israel recuerdan que ellos mismos también son soldados en las fuerzas armadas del país - algunos, en actividad, otros, como reservistas - que cada tanto son llamados a las armas, y que intervinieron, también, en las frecuentes guerras de estas últimas décadas, en que el joven Estado Judío tuvo que defenderse una y otra vez de los ataques de sus vecinos.


¿Realmente sabemos donde nació Jesús?

Durante la Navidad, cristianos de todo el mundo peregrinan a Belén, lugar de nacimiento de Jesucristo. La mayoría visita la Iglesia de la Natividad, considerada como el lugar tradicional donde nació Jesús.
Pero dos mil años más tarde, ¿realmente sabemos donde nació Jesús?
La Iglesia de la Natividad es una de las iglesias más antiguas del mundo. “Este es el sitio donde nació Jesucristo”, dice el profesor Qustandi Shomali de la Universidad de Belén.
“La Iglesia de la Natividad fue construida en el 326 cuando el emperador Constantino decidió declarar al Cristianismo como la religión oficial del Imperio Romano”, agrega Shomali. “Desde entonces peregrinos de todo el mundo comenzaron a venir a Belén a visitar este lugar. El sitio donde comenzó el Cristianismo”.
Dentro de la iglesia, las columnas originales del siglo 4 aún están de pie. La madre de Constantito, la Reina Helena construyó la iglesia. Pero, ¿por qué la construyó aquí?
“Sabemos que la identificación del sitio donde Jesús nació tradicionalmente se remonta a mediados del primer siglo”, explica Shomali.
En el primer siglo, el emperador Adriano destruyó la ciudad de Belén. Tras destruirla, Adriano construyó un templo y plantó una arboleda sobre el sitio donde los peregrinos cristianos iban a dar honor al lugar donde nació Jesús.
“Cerca de lo que quedó de la casa, que era solamente una cueva, donde la virgen dio a luz al niño”, dice Stephen Pfann de la Universidad de Tierra Santa. “La gente recordaba esto. Incluso 15 años después ya la gente iba a visitar el lugar”.
“De hecho, este templo en vez de destruir el lugar, lo preservó”, agrega Shomali.
Jerónimo escribió en el 396 D.C., “Aun entre aquellos ajenos a la fe es sabido que dentro de esa gruta nació aquel que es adorado y glorificado por los Cristianos”.
A través de los siglos, la iglesia misma atravesó una serie de cambios, pero aún es una de las pocas iglesias en la Tierra Santa que nunca fue completamente destruida.
La entrada principal a la Iglesia de la Natividad es llamada Puerta de la Humillación, porque es necesario arrodillarse para ingresar. Fue originalmente construida por los Cruzados y luego alterada por los Otomanos para mantener a los hombres montados a caballo afuera de la iglesia.
Mil cuatrocientos años después que la Reina Helena construyera la iglesia, los peregrinos cristianos aún venían de todo el mundo. Muchos grabaron su viaje personal tanto adentro como afuera de la iglesia. El sitio central yace dentro de la gruta. Muchos creen que es la cueva exacta donde Jesús nació. Una estrella marca la localización exacta.
Muchos bajan apretujadamente por los angostos peldaños. Abajo, los peregrinos tocan la estrella y graban el momento en que vieron el lugar donde nació Jesús. Para muchos, es una profunda experiencia emocional y espiritual.
El padre Pedro Vasko de la Fundación Franciscana de la Tierra Santa dirige peregrinaciones a Belén. El dice que es especialmente significativo durante la época navideña.
“Creo que es una ocasión maravillosa que los peregrinos se acerquen tanto a la Navidad aquí, que oren en el punto donde Jesús nació y lleven esa oración de vuelta a su propia vida”, asegura Vasko

Investigadores israelíes logran reparar tejido dañado con células madre.

La ciencia puede ser usada para el bien o para el mal. "Un equipo de investigadores israelíes del Centro Médico Rambam, en Haifa, lograron reparar tejido dañado utilizando componentes producidos por las células madre embrionarias. " Lo bueno, que es un tremendo avance que puede ayudar a muchas vidas, lo malo... lea Apocalipsis 9:6

Un equipo de investigadores israelíes del Centro Médico Rambam, en Haifa, lograron reparar tejido dañado utilizando componentes producidos por las células madre embrionarias. El experimento consistió en la regeneración de tejidos en ratones, pero los investigadores aseguraron que el método podría ser útil en el futuro para la reparación de tejidos y órganos humanos que hayan sido dañados debido a un suministro insuficiente de sangre.
El equipo utilizó óvulos humanos fecundados que fueron donados para fines de investigación, como así también muestras de piel y pelo de pacientes adultos. Por primera vez, el equipo consiguió aislar las células que son capaces de reparar los tejidos dañados. Estas células, junto a otras, regulan el funcionamiento de los vasos sanguíneos y desempeñan un papel clave en su regeneración, favoreciendo el desarrollo de cartílagos, tendones y músculos. El equipo de investigación inyectó células con propiedades regenerativas en ratones cuyas piernas habían sido amarradas para restringir el flujo sanguíneo, causando daños. Al cabo de tres semanas, las piernas de los ratones se curaron casi por completo.
Los hallazgos del equipo fueron publicados en la edición de noviembre de "Circulation", la revista de la Asociación Americana del Corazón. La revista también dedicó un editorial a los resultados, poniendo en evidencia el papel de liderazgo que Israel está jugando en la investigación con células madre embrionarias.


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